La ansiedad es una respuesta natural del organismo ante situaciones donde la persona se encuentra con un estrés más alto que sus recursos. Es importante que sepamos discernir entre una ansiedad adaptativa, puntual, fruto de una situación concreta, y no permanente en el tiempo, y la ansiedad fruto de no poder mediar adecuadamente las demandas externas o internas. Cuando la ansiedad se convierte en una presencia constante en nuestras vidas, puede interferir en las actividades diarias que nos proponemos y afectar a nuestra salud mental y física.
¿Qué es la ansiedad?
Reduciendo la respuesta al puro nivel biológico y desde un enfoque biomédico, la ansiedad es un mecanismo para enfrentarnos a situaciones amenazantes, reales o imaginarias, que consiste en una respuesta de lucha o huida acompañada de una respuesta emocional. Si de forma muy frecuente utilizamos dicha respuesta, el coste físico y emocional es demasiado alto, y puede generar malestar y afectar a nuestra calidad de vida.
Desde un punto de vista más psicológico y subjetivo, la ansiedad puede originarse cuando no podemos conciliar con las demandas internas y externas, o cuando nuestra parte emocional o infantil se siente amenazada. La persona se encuentra atrapada en un guion de vida disfuncional que limita su capacidad de actuar de manera libre y efectiva. Así, se proyectan los miedos en el futuro o se reprimen las emociones en lugar de vivirlas plenamente en el presente, lo que provoca ansiedad.
Tipos de ansiedad
Existen diferentes tipos de ansiedad dado que puede surgir desde una situación realista que requiere un mecanismo de autoprotección, como es la ansiedad realista y adaptativa, o puede surgir en relación a nuestros miedos de no cumplir determinadas expectativas, propias o del entorno, lo que llamamos ansiedad no adaptativa y perjudicial.
Síntomas comunes de la ansiedad
La ansiedad puede manifestarse de muchas formas, tanto a nivel físico como emocional.
- Los síntomas físicos más comunes son: taquicardias, sudoración excesiva, sensación de falta de aire, tensión muscular o mareos.
- Los síntomas emocionales más comunes son: preocupación excesiva, pensamientos catastróficos, irritabilidad, nerviosismo y miedo.
- Entre los síntomas cognitivos más frecuentes están: dificultad de concentración, pensamientos intrusivos y anticipación de problemas.
- Los síntomas conductuales serían: evitación de situaciones que generan miedo, aislamiento social o compulsiones.
¿Cómo gestionar la ansiedad?
Lo primero, es importante preguntarse si los síntomas que uno siente son lo suficientemente importantes como para acudir a un profesional que te ayude a gestionar tus miedos, conflictos internos, deseos, dinámicas disfuncionales, necesidades y desconexiones del momento presente.
Si tu nivel de ansiedad no es muy alto o no es muy frecuente, existen unas estrategias básicas muy efectivas para manejar la ansiedad adaptativa:
- La práctica de respiración consciente.
- Hacer ejercicio regularmente.
- Establecer una rutina de sueño saludable.
- Evitar el exceso de cafeína y alcohol.
- Practicar técnicas de mindfulness.
- Establece límites y organiza tus tareas.
En nuestro siguiente artículo veremos algunas técnicas para manejar la ansiedad. ¡Estate atento!
