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Últimos avances en la rehabilitación del suelo pélvico: perspectivas desde la fisioterapia.

Introducción

 

El suelo pélvico es un conjunto de músculos y tejidos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior. Entre los músculos que componen el suelo pélvico se encuentran el pubocoxígeo, el iliocoxígeo y el puborrectal. Estos músculos tienen funciones esenciales, como el soporte de órganos pélvicos (vejiga, útero, intestinos), el control de la continencia urinaria y fecal, y un papel crucial en la función sexual.

La debilidad o disfunción del suelo pélvico puede llevar a problemas como incontinencia urinaria, prolapsos y disfunción sexual. La fisioterapia ha desarrollado métodos eficaces y basados en evidencia para tratar estas disfunciones.

Las disfunciones del suelo pélvico pueden clasificarse en varias categorías:

  • Incontinencia urinaria:
    • Incontinencia de esfuerzo: pérdida de orina al toser, estornudar, reír o realizar actividades físicas que aumentan la presión abdominal.
    • Incontinencia de urgencia: necesidad urgente e incontrolable de orinar, a menudo asociada con contracciones involuntarias de la vejiga.
    • Incontinencia mixta: combina síntomas de incontinencia de esfuerzo y de urgencia.
  • Incontinencia fecal: incapacidad para controlar la evacuación intestinal, lo que puede llevar a la pérdida involuntaria de heces. Este tipo de disfunción puede ser devastador para la calidad de vida y la autoestima.
  • Prolapso de órganos pélvicos: descenso de los órganos pélvicos hacia la vagina debido a la debilidad de los músculos y tejidos de soporte. Los tipos de prolapso incluyen:
    • Cistocele: prolapso de la vejiga hacia la vagina.
    • Rectocele: prolapso del recto hacia la vagina.
    • Prolapso uterino: descenso del útero hacia la vagina.
  • Dolor pélvico crónico: dolor persistente en la región pélvica que puede estar relacionado con la disfunción del suelo pélvico. Este dolor puede ser debilitante y afectar significativamente la calidad de vida.
  • Disfunción sexual: problemas relacionados con el dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia), disminución de la sensibilidad y del placer sexual, y dificultades para alcanzar el orgasmo.

El aspecto físico del suelo pélvico está intrínsecamente ligado al bienestar psicoemocional. Sentirse en control de funciones corporales básicas y vitales, como la continencia y la función sexual, contribuye significativamente a la autoestima y a la calidad de vida. La disfunción del suelo pélvico puede generar ansiedad, vergüenza y una sensación de pérdida de seguridad, afectando la salud mental y emocional. La rehabilitación efectiva fortalece los músculos y mejora las funciones fisiológicas, proporcionando un sentido de empoderamiento. Este proceso de recuperación ayuda a las personas a notarse más conscientes y gestionar positivamente sus propios cuerpos, creando una sensación de “sentirse en casa” que es fundamental para la plenitud integral.

“Prefiero caminar con un amigo en la oscuridad que sola en la luz.”

Helen Keller.

Tomar conciencia y fortalecer nuestro suelo pélvico es como encontrar ese amigo en momentos difíciles. Cuidar esta parte esencial de nuestro cuerpo mejora nuestra salud física y nuestra conexión emocional con nosotros mismos. Es el comienzo de un camino hacia una mayor confianza y comodidad en nuestro cuerpo.

 

 

Avances científicos en la rehabilitación del suelo pélvico

 

Biofeedback

El biofeedback es una técnica que utiliza instrumentos para proporcionar información visual o auditiva sobre la actividad muscular del suelo pélvico. Este método permite a los pacientes entender y mejorar su control sobre estos músculos. Este estudio sistemático evaluó la efectividad del biofeedback como una herramienta adicional en el tratamiento de mujeres con incontinencia urinaria de esfuerzo (IUE). Se revisaron 1.194 estudios y se seleccionaron 11 ensayos controlados aleatorizados, que compararon el entrenamiento de los músculos del suelo pélvico utilizando biofeedback con otras formas de tratamiento conservador. Los resultados mostraron que, en general, el entrenamiento de los músculos del suelo pélvico con biofeedback no demostró beneficios terapéuticos significativos, en comparación con intervenciones como el entrenamiento de los músculos del suelo pélvico solo y la estimulación eléctrica vaginal.

Es importante destacar que el biofeedback no causa daño y puede ser beneficioso para algunas mujeres con IUE. Sin embargo, los hallazgos de este estudio sugieren limitaciones debido a la baja calidad metodológica de los estudios revisados, la variabilidad en los resultados reportados y las diferencias en los métodos utilizados para administrar el biofeedback. En mi opinión, una terapia integral que combine diferentes técnicas y enfoques probablemente tenga mayores beneficios para el tratamiento efectivo de la IUE en mujeres. Integrar el biofeedback con otras estrategias podría ofrecer un enfoque más completo y personalizado, mejorando así los resultados clínicos y la calidad de vida de las pacientes afectadas.

 

 

Electroestimulación

La electroestimulación es una técnica terapéutica que utiliza corrientes eléctricas de baja frecuencia para estimular contracciones musculares en el suelo pélvico. Esta metodología es especialmente beneficiosa para pacientes con debilidad muscular severa o aquellas que tienen dificultades para activar voluntariamente estos músculos. Durante la electroestimulación, electrodos colocados estratégicamente en la piel cerca de los músculos del suelo pélvico emiten impulsos eléctricos controlados. Estos impulsos imitan la señal natural del sistema nervioso que desencadena la contracción muscular.

La aplicación de la electroestimulación en combinación con ejercicios de Kegel ha mostrado resultados prometedores en la rehabilitación del suelo pélvico, especialmente en mujeres postparto. Esta combinación mejoró significativamente los síntomas de incontinencia urinaria en este grupo de pacientes. Los ejercicios de Kegel, que implican la contracción y relajación repetida de los músculos del suelo pélvico, complementan la electroestimulación al fortalecer los músculos de manera más específica y aumentar la conciencia corporal del paciente.

La ventaja de utilizar electroestimulación radica en su capacidad para alcanzar contracciones musculares más intensas y controladas que aquellas que el paciente podría lograr solamente con ejercicios voluntarios. Además, esta técnica puede ajustarse en términos de intensidad, frecuencia y duración según las necesidades específicas de cada paciente, lo que la convierte en una herramienta flexible y adaptable en el tratamiento de la disfunción del suelo pélvico.

Es importante destacar que, aunque la electroestimulación ofrece beneficios significativos, su efectividad puede variar según la condición inicial del paciente y la precisión con la que se aplique. Por lo tanto, su uso debe ser supervisado y dirigido por profesionales de la salud capacitados, como fisioterapeutas especializados en suelo pélvico, quienes pueden diseñar programas de tratamiento individualizados y monitorear la progresión del paciente para maximizar los resultados terapéuticos.

 

Terapia manual

La terapia manual en el tratamiento del suelo pélvico se enfoca en técnicas precisas de movilización y masaje que tienen como objetivo aliviar tensiones musculares y mejorar la función general del área pélvica. Estas técnicas son realizadas por fisioterapeutas especializados que aplican presiones controladas y movimientos específicos para restaurar la movilidad de los tejidos y optimizar la función muscular.

Un estudio reciente destacó los beneficios significativos de la terapia manual en pacientes con dolor pélvico crónico, un síntoma que puede tener múltiples causas y que afecta considerablemente la calidad de vida. La terapia manual ayudó a reducir el dolor en estos pacientes, mejorando su funcionalidad y bienestar general. Esto se logra mediante la liberación de puntos gatillo y la restauración del equilibrio muscular, lo cual reduce la tensión crónica en los músculos del suelo pélvico.

La efectividad de la terapia manual radica en su capacidad para abordar de manera directa las disfunciones musculares y estructurales que contribuyen al dolor pélvico crónico. Al liberar las tensiones y mejorar la circulación sanguínea local, se promueve la recuperación de los tejidos y se facilita una respuesta adecuada a otros tratamientos complementarios, como los ejercicios terapéuticos específicos.

 

 

Ejercicios de rehabilitación del suelo pélvico

 

Ejercicios de Kegel

Los ejercicios de Kegel, desarrollados por el Dr. Arnold Kegel en la década de 1940, siguen siendo la piedra angular de la rehabilitación del suelo pélvico. Estos ejercicios consisten en contraer y relajar los músculos del suelo pélvico repetidamente. Fortalecer el suelo pélvico es crucial tanto para hombres como para mujeres, dado que estos músculos desempeñan roles fundamentales en la biomecánica general. Mantener su tono adecuado contribuye significativamente a la continencia urinaria y fecal, sostiene los órganos pélvicos y promueve una función sexual saludable. En mujeres, fortalecer el suelo pélvico es crucial durante el embarazo, postparto y menopausia, ya que puede prevenir o aliviar problemas como la incontinencia y el prolapso de órganos. Para los hombres, trabajar estos músculos es vital para la salud prostática y puede mejorar la función eréctil y la eyaculación.

En resumen, independientemente del género, mantener el suelo pélvico fuerte y flexible es esencial para promover una vida activa y saludable a lo largo de todas las etapas de la vida.

“Los músculos no tienen género, igual que el bíceps puede ejercitarlo cualquier persona, el suelo pélvico también.”

Mónica Branni.

Ejercicios de Kegel detallados

Los ejercicios de Kegel están diseñados para fortalecer los músculos del suelo pélvico, fundamentales para la salud urinaria, sexual y el soporte de órganos internos. Es importante realizar estos ejercicios de manera correcta y consistente para obtener los mejores resultados.

  • Localización y mejora de la propiocepción de la musculatura implicada.
    • Para identificar los músculos del suelo pélvico, imagina que estás deteniendo el flujo de orina a mitad de camino. No realices esto mientras orinas, ya que puede ser perjudicial para la vejiga, simplemente emula la acción.
    • Los músculos que sientes contraerse en esta acción son los músculos del suelo pélvico que necesitas ejercitar.
  • Contracción gradual.
    • Comienza contrayendo suavemente los músculos del suelo pélvico y mantén la contracción durante 5 segundos al principio.
    • A medida que ganes fuerza y control, incrementa gradualmente el tiempo de contracción hasta llegar a 10 segundos.
    • Asegúrate de mantener la contracción sin tensar los músculos abdominales, glúteos o muslos.
  • Relajación completa.
    • Después de cada contracción relaja completamente los músculos del suelo pélvico durante 5-10 segundos.
    • Esta fase de relajación es esencial para permitir que los músculos se recuperen y para prevenir la fatiga muscular.
  • Repeticiones y frecuencia.
    • Realiza series de 10 repeticiones de contracción seguidas de relajación en cada sesión.
    • Repite este ciclo de ejercicios tres veces al día para obtener los máximos beneficios en el fortalecimiento del suelo pélvico.
  • Posición inicial.
    • Es recomendable comenzar los ejercicios en decúbito supino con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo.

 

Variantes y ejercicios avanzados de Kegel

  • Contracciones rápidas.
    • Alterna contracciones rápidas y sueltas de los músculos del suelo pélvico. Esto mejora la capacidad de respuesta rápida de los músculos, similar a los ejercicios de contracción rápida en otros grupos musculares.
  • Ejercicio de la onda o ascensor.
    • Imagina una onda ascendente o un ascensor subiendo por tus músculos del suelo pélvico.
    • Comienza por contraer suavemente los músculos hacia adelante y luego suelta lentamente, trabajando hacia arriba. Este ejercicio promueve una contracción más completa y mejora la coordinación muscular.
  • Incorporación en otros ejercicios.
    • Integra los ejercicios de Kegel en tu rutina diaria. Por ejemplo, realiza contracciones de Kegel mientras caminas, te sientas o incluso durante ejercicios de fuerza como abdominales o sentadillas.
    • Incluir los Kegel en otras actividades fortalece los músculos del suelo pélvico de manera funcional y práctica.

 

 

Beneficios y consideraciones

 

Vuelvo a señalar que los ejercicios de Kegel no solo fortalecen los músculos del suelo pélvico, también previenen y tratan la incontinencia urinaria, mejoran la función sexual y estabilizan la pelvis. Es crucial realizar los ejercicios correctamente y de manera regular para obtener resultados óptimos. Si tienes dudas sobre la técnica correcta o experimentas síntomas inusuales durante la práctica de los ejercicios, consulta a un profesional de la salud. Ajusta la intensidad de los ejercicios según tu condición física y sigue las recomendaciones específicas de tu fisioterapeuta o médico.

Cuando notamos que nuestro suelo pélvico necesita atención, mi recomendación es acudir a un fisioterapeuta especializado en este área. Te sugiero a mi compañera Marta, quien ofrece un tratamiento completo y detallado. Puedes encontrar más información en Fisiomartta.

Integrar estas variaciones y ejercicios de Kegel en tu rutina diaria puede marcar una diferencia significativa en la fortaleza y salud de tu suelo pélvico. Para optimizar la función muscular y la estabilidad es esencial integrar, en la fisiología global del cuerpo, todo aquello que trabajamos localmente. En fisioterapia, esto implica fortalecer músculos específicos como el suelo pélvico y, en una segunda fase del trabajo, asegurar que estos músculos puedan cooperar coordinadamente con otros grupos musculares. Los ejercicios como el puente y las sentadillas profundas son ejemplos claros de cómo podemos lograr esta incorporación.

  • Puente. El ejercicio del puente es excelente para fortalecer el suelo pélvico, los glúteos y los músculos isquiotibiales. Para realizarlo, comienza acostado en decúbito supino con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo, separados a la anchura de las caderas. Desde esta posición, eleva las caderas hacia el techo concentrándote en contraer los músculos del suelo pélvico y los isquiotibiales. Mantén esta contracción mientras levantas las caderas, asegurándote de no compensar en exceso con los glúteos o los músculos abdominales. Sostén la posición durante unos cinco segundos y luego baja las caderas lentamente de nuevo al suelo. Realiza 10 repeticiones de este movimiento, dos veces al día.
  • Sentadillas profundas. Las sentadillas profundas fortalecen el suelo pélvico, los cuádriceps, los glúteos y los músculos estabilizadores de la cadera. Comienza con los pies levemente más anchos que el ancho de las caderas, y las puntas de los pies ligeramente hacia afuera. Desciende lentamente flexionando las rodillas y las caderas como si te fueras a sentar en una silla, asegurándote de mantener los talones en el suelo y la espalda recta. Al subir, concentra la fuerza en los glúteos, los cuádriceps y los músculos del suelo pélvico para volver a la posición inicial. Realiza 15 repeticiones de manera controlada, dos veces al día.

Integrar estos ejercicios en la rutina diaria mejora la fuerza y resistencia muscular, y enseña al cuerpo a trabajar de manera sinérgica y eficiente. Esto es crucial para mantener la estabilidad corporal y prevenir desequilibrios musculares que puedan llevar a lesiones.

 

 

Conclusión

 

La rehabilitación del suelo pélvico ha avanzado significativamente gracias al uso complementario de tecnologías como el biofeedback y la electroestimulación, así como a la aplicación de técnicas manuales especializadas. Estos avances, respaldados por estudios científicos, ofrecen nuevas esperanzas para quienes sufren de disfunciones del suelo pélvico. La práctica regular de ejercicios específicos, como los de Kegel, el puente y las sentadillas profundas, puede mejorar notablemente la fuerza y la funcionalidad de estos músculos esenciales, contribuyendo a una mejor calidad de vida.

Tener un suelo pélvico saludable trasciende el control de posibles incontinencias; nuestros músculos pélvicos hablan de cómo nos apropiamos de nuestro cuerpo. Mi meta constante con mis pacientes es que redescubran la sensación de estar en casa en su propio cuerpo, porque cuando nos sentimos en armonía y confortables con nosotros mismos, ningún lugar, problema o situación nos es extraño. Pensemos en nuestro suelo pélvico como los cimientos de la morada que es nuestro cuerpo.

“El cuerpo es el instrumento del alma.”

Aristóteles.

2 Comment(s)

  1. Juan cardo
    julio 9, 2024

    Me servirá ?
    Espero que se si

  2. María Fernanda
    julio 9, 2024

    Como SIEMPRE,Silvana, nos da pautas y las de este artículo sencillas para mejorar nuestro propio cuerpo. Y si además nos ponemos en “ sus manos milagrosas “, llegamos a conseguir el mejor bienestar para aquellas dolencias que en la vida diaria se nos van presentando.

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