Introducción
«Respiramos para vivir, pero pocas veces vivimos para respirar.»
La respiración es uno de los procesos más naturales e inconscientes del ser humano, sin embargo, pocas veces le otorgamos la importancia que merece.
Es innegable, y creo que todos lo hemos sentido en algún momento, cuando perdemos el control la respiración puede ser un camino seguro para volver a nosotros mismos. La manera en que una persona respira puede revelar valiosa información sobre su estado interno y su forma de relacionarse con el mundo.
“La respiración es la primera acción que realizamos en la vida, y la última. Una respiración vaga e incompleta te acerca a la enfermedad.”
Joseph Pilates.
En mi experiencia como fisioterapeuta especializada en el método de cadenas musculares GDS y, tras haber tenido la oportunidad de aprender directamente de Philippe Campignion, cocreador de este método junto a la fisioterapeuta belga Godelieve Denys-Struyf, he descubierto el profundo impacto que la respiración consciente puede tener en el bienestar integral.
Campignion, en su libro “Respir-Acciones”, nos invita a replantearnos el valor de la respiración, proponiéndola como una herramienta terapéutica capaz de armonizar tanto el cuerpo como la mente.
Su enfoque, centrado en la integración de las cadenas musculares y el sistema respiratorio, nos ofrece una visión renovadora de cómo la respiración influye en nuestra salud física, y en nuestro equilibrio emocional. Según Campignion, la respiración funciona como un puente entre nuestras tensiones físicas y emocionales, ayudándonos a liberar bloqueos y a restablecer la armonía perdida en el ritmo de la vida cotidiana.
La respiración desde el enfoque GDS: un puente entre cuerpo y emociones
El método GDS propone que los movimientos y posturas del cuerpo se organizan en cadenas musculares, que responden a factores físicos, emocionales y mentales. Cada cadena muscular no solo refleja, sino que también influye en actitudes y emociones específicas. A través de esta interrelación, Campignion sostiene que la respiración es un regulador entre los diferentes sistemas del cuerpo, ajustando su influencia según el estado físico y emocional de cada momento.
La respiración es, por supuesto, una función vital, pero Philippe Campignion la presenta también como una acción activa capaz de ayudar a liberar tensiones en áreas específicas del cuerpo. Así, invita a explorar patrones respiratorios que reflejan estados emocionales.
En momentos de estrés o ansiedad la respiración suele volverse rápida y superficial, mientras que en situaciones de calma es más lenta y profunda, equilibrando el sistema nervioso y facilitando la relajación. A través de la comprensión de estos patrones y su vínculo con las cadenas musculares, podemos usar la respiración como una herramienta para mejorar tanto el bienestar físico como el equilibrio emocional.
En palabras de Campignion: “en cada inhalación, recogemos lo que necesitamos, y en cada exhalación, liberamos lo que nos sobra”.
Profundizar en el sentido de esta frase puede ayudarnos a desarrollar una conexión más consciente con nuestra respiración. Cada vez que inspires, imagina que tomas aquello que realmente necesitas; al exhalar, visualiza cómo liberas lo que te resulta innecesario. Esta práctica de respiración sencilla puede transformar el acto de respirar en un recurso para reconectar con uno mismo y con el presente.
Músculos implicados en la respiración: anatomía y función
La respiración es un proceso complejo que implica una serie de músculos específicos, tanto en la inspiración (entrada de aire) como en la espiración (salida de aire). Estos músculos pueden dividirse en principales y accesorios, y cada grupo tiene funciones que aseguran la eficiencia del proceso respiratorio.
Músculos principales en la inspiración
- Diafragma: es el músculo principal de la respiración y separa la cavidad torácica de la abdominal. Durante la inspiración, se contrae y desciende, aumentando el volumen torácico y permitiendo que el aire entre a los pulmones. En reposo, el diafragma es responsable de aproximadamente el 70-80% del volumen de aire inhalado.
- Músculos intercostales externos: situados entre las costillas, se contraen y elevan las costillas durante la inspiración expandiendo la cavidad torácica lateral y anteroposteriormente.
Músculos accesorios de la inspiración
En situaciones que requieren mayor esfuerzo respiratorio, como el ejercicio o en ciertas patologías, se activan los músculos accesorios:
- Esternocleidomastoideo: se extiende desde el esternón y la clavícula hasta el cráneo, elevando el esternón y las primeras costillas.
- Escalenos: compuestos por los músculos escaleno anterior, medio y posterior, elevan las primeras costillas.
- Pectorales (mayor y menor): ayudan a expandir el tórax en respiraciones forzadas.
- Serrato anterior y serrato posterior superior: contribuyen a la elevación de las costillas y expansión del tórax.
Músculos de la espiración
En condiciones normales, la espiración es un proceso pasivo gracias a la relajación del diafragma y los músculos intercostales externos. Sin embargo, en respiraciones forzadas:
- Intercostales internos: reducen el diámetro de la caja torácica.
- Músculos abdominales (recto abdominal, oblicuos y transverso): comprimen los órganos abdominales contra el diafragma.
- Serrato posterior inferior: ayuda a descender las costillas, facilitando la reducción del volumen torácico.
Otros músculos implicados en la respiración
En personas con patologías respiratorias (como asma o EPOC), la musculatura adicional puede involucrarse:
- Trapecio: contribuye a estabilizar la cintura escapular.
- Subclavio: estabiliza la primera costilla durante la inspiración forzada.
Coordinación y funcionalidad
La acción coordinada de todos estos músculos permite la regulación del volumen de aire inhalado y exhalado. Esta coordinación asegura el intercambio de gases necesario para el equilibrio metabólico y energético del cuerpo.
Ejercicios de respiración basados en Respir-Acciones
La propuesta de Philippe Campignion invita a realizar ejercicios de respiración que permitan una conexión activa y consciente con el cuerpo. Estos ejercicios pueden adaptarse a la rutina diaria para quienes deseen profundizar en su autoconocimiento y bienestar.
1. Respiración Abdominal para la Relajación
- Objetivo: Estimular el diafragma, promoviendo relajación y mejor oxigenación.
- Posición: Tumbado en una posición cómoda, con las rodillas dobladas.
- Ejecución: Coloca una mano en el abdomen y la otra en el pecho. Inhala profundamente por la nariz, permitiendo que el abdomen se eleve mientras el pecho permanece relativamente inmóvil. Exhala lentamente, sintiendo cómo el abdomen se hunde.
- Duración: Repite el ciclo de 10 respiraciones lentas y profundas. Ideal para realizar al final de un día estresante.
2. Respiración en Tres Etapas para la Expansión Torácica
- Objetivo: Conectar cadenas musculares abdominales y pélvicas, favoreciendo expansión y liberación de tensiones.
- Posición: Sentado con la espalda recta o de pie.
- Ejecución:
- Comienza llenando primero el abdomen con aire.
- Permite que el aire expanda la parte media de los pulmones y las costillas.
- Finalmente, permite que el aire llegue hasta la parte superior del pecho.
- Exhalación: Hazlo en el orden inverso: primero la parte alta, luego la media, y finalmente el abdomen.
- Duración: Realiza 5 ciclos completos. Este ejercicio es excelente para iniciar la mañana con energía.
3. Respiración de Liberación Emocional
- Objetivo: Liberar tensiones acumuladas mediante la respiración y un suspiro sonoro, facilitando una descarga física y emocional.
- Posición: De pie, con los pies alineados a la altura de las caderas y las rodillas ligeramente flexionadas. Relaja los hombros.
- Ejecución:
- Inhalación Profunda: Inhala lentamente por la nariz, llevando el aire hacia el abdomen y permitiendo que el vientre se expanda. Eleva los brazos hacia el techo de forma relajada.
- Exhalación y Liberación: Al exhalar, deja caer los brazos hacia abajo de manera libre y natural, emitiendo un suspiro sonoro (como un “¡ahh!” o “¡ohh!”). Visualiza cómo cualquier tensión o emoción retenida se libera con el suspiro.
- Duración: Realiza 8-10 repeticiones, observando cualquier sensación de liberación emocional.
Interpretación y observación de Sensaciones:
- si la mandíbula permanece tensa y no se relaja, podría ser una señal de algo que estamos reprimiendo o callando.
- si los hombros se sienten rígidos y tardan en ceder, puede estar relacionado con una carga emocional o una sensación de responsabilidad excesiva
- si el abdomen no se relaja fácilmente, podría reflejar ansiedad o emociones retenidas que no hemos procesado.
- si las manos o los pies están en tensión, podría ser un signo de inseguridad o una necesidad de control en algun área de nuestra vida.
Cada una de estas áreas, al ser escuchada y atendida, nos ayuda a comprender mejor nuestras propias emociones y las posibles razones detrás de estas reacciones físicas.
4. Ejercicio para Sentir y Liberar el Diafragma
- Objetivo: Ayudar a percibir el movimiento del diafragma y facilitar su relajación, promoviendo una respiración más fluida y profunda.
Preparación - Posición: Acuéstate boca arriba sobre una superficie cómoda, con las rodillas flexionadas y los pies en el suelo. Coloca una mano sobre el abdomen y la otra debajo del esternón.
- Relajación: Cierra los ojos y relaja cualquier tensión en la cara, cuello y hombros.
- Ejecución:
- Inhalación:
- Respira profundamente por la nariz, llevando el aire hacia la parte inferior de los pulmones.
- Visualiza cómo el diafragma se aplana y desciende hacia el abdomen, desplazando ligeramente las costillas hacia arriba y los lados.
- Siente cómo el abdomen se expande.
- Exhalación:
- Exhala de manera suave y controlada, sintiendo cómo el diafragma se relaja y sube.
- Visualiza el diafragma adoptando forma de cúpula bajo las costillas, mientras el abdomen y las costillas descienden.
- Observación de Sensaciones
- Inhalación:
* Nota si el movimiento es más cómodo en alguna parte del abdomen o pecho.
* Dirige la respiración hacia áreas donde sientas tensión, visualizando cómo el aire facilita el movimiento del diafragma.
- Variación en Posición Sentada: Si prefieres, realiza el ejercicio sentado en una silla con la espalda recta y los pies bien apoyados en el suelo, observando cómo el diafragma se mueve sin esfuerzo.
- Duración: Realiza 8-10 ciclos completos. Si te sientes relajado, puedes prolongar la práctica por unos minutos más.
Estos ejercicios están diseñados para fomentar una conexión profunda entre el cuerpo y la respiración, facilitando un estado de equilibrio fisiológico y emocional. Al promover la relajación consciente, ayudan a alcanzar una mayor homeostasis: un estado en el que el cuerpo y la mente mantienen un balance óptimo en sus funciones internas, adaptándose mejor a los cambios y reduciendo el impacto del estrés.
Reflexiones finales
El enfoque de Philipe Campignion nos recuerda que cada respiración es una oportunidad para detenernos y reconectar con nuestro propio cuerpo y estado emocional. En un mundo acelerado, donde solemos ignorar los mensajes del cuerpo, el método Respir-Acciones nos permite escuchar lo que realmente sentimos. Es un retorno al aquí y ahora, un lugar de paz interior y aceptación. Cada respiración crea ese espacio en el que podemos elegir cómo responder a nuestras emociones y sensaciones físicas. En momentos de concentración o nerviosismo, a veces me descubro conteniendo la respiración. Es, en esos instantes, que tomo conciencia y, al volver a inhalar, reconecto conmigo misma y con quienes me rodean.
«Cuando no sepas qué hacer, simplemente empieza por respirar.»