Terapia desde el análisis Transaccional
La teoría psicológica del análisis transaccional de Eric Berne combina el analizar la personalidad y resolver problemas concretos considerando que la personalidad se divide en tres estados que aportan diferentes perspectivas.
Así, se considera que existe un estado padre proviene de las figuras parentales o relevantes que han estado en nuestra vida y nos han enseñado códigos de vida pregrabados, prejuzgados y prejuiciados. Por ello, cuando nuestra energía psíquica se posiciona en el estado padre decidimos cómo reaccionar en función de lo que debemos de hacer como bueno o malo. Existen cuatro vertientes según suponga para nosotros mismos un padre nutritivo (positivo o negativo) o crítico (positivo o negativo).
Por otro lado, existe también un estado niño que contiene todas las emociones, que guiarán hacia un comportamiento donde predomina lo que se quiere hacer sin tener en cuenta la situación o contexto, por lo que se le suele culpabilizar de los problemas que tiene la persona en relación con la realidad externa. Este estado tendría varias variantes como son el niño adaptado sumiso o rebelde, el niño libre espontáneo y natural y el pequeño profesor que parece más pensativo y reflexivo. Este estado niño también se manifiesta, desde el enfoque Fisioterapéutico, a través de la cadena antero-posterior y como vimos en ese post:
En lo más íntimo de nuestro ser, se despierta el alma de la infancia cuando desplegamos las alas del asombro y la autenticidad en nuestra cadena antero-posterior. Con una danza ligera florece la esencia pura de la vida, convirtiendo cada instante en una fantasía inolvidable. En ese abrazo cómplice recuperamos la vivencia de nuestra existencia con los ojos de nuestro niño interior.
Por último, evolutivamente hablando, se conforma el estado adulto que registra los datos de la realidad externa para tomar decisiones racionales y lógicas. Es importante entender que se puede estar en estado adulto siendo un niño o posicionarse en el estado niño siendo adulto. Lo relevante es que las personas que están integradas y sanas utilizan sus tres estados de manera saludable.
Aunque la mayoría de las personas viven faltos de caricias o reconocimientos por parte de otros, debido a los mensajes internos del padre crítico que emite esas voces en nuestra cabeza que nos dicen “no pidas” o “no des”, pero tenemos formas de obtener las caricias a través de rituales, reuniones sociales o familiares, el trabajo, la intimidad o los juegos psicológicos. El trabajo del terapeuta consiste en ofrecer ayuda para definir las metas que se quieren alcanzar, encontrar la mejor forma para obtener caricias, facilitar a la persona conocer las interacciones entre los distintos estados de la personalidad y cuales son las consecuencias, para así poder llegar a un plan de vida más positivo, con transacciones positivas y sin juegos destructivos.
Artículo escrito por Raquel de la Mata