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Desafiando la artrosis: un viaje científico hacia la regeneración de las articulaciones

En este artículo me gustaría abordar el tema del cartílago articular y la afección comúnmente conocida como artrosis o, como la denominó ingeniosamente un paciente mío, la hartosis, nombre que considero, como mínimo acertado.

Con frecuencia, al recibir un diagnóstico de artrosis u osteoartritis, se tiene la impresión de que lo único que se puede hacer es controlar el dolor con AINEs y esperar a que la condición empeore lo suficiente como para requerir cirugía. Sin embargo la realidad es diferente. Existen enfoques innovadores, como la terapia manual y la medicina regenerativa, que ofrecen esperanza para la recuperación del tejido cartilaginoso y la mejora de la calidad de vida de los pacientes.

El cartílago articular es un tejido especializado que recubre las superficies óseas en las articulaciones, proporcionando amortiguación y facilitando el movimiento sin fricción. Este tejido está compuesto principalmente por condrocitos, que son las células responsables de mantener la matriz extracelular del cartílago. Esta matriz extracelular está formada por colágeno, proteoglicanos y agua, lo que le confiere al cartílago sus propiedades mecánicas únicas. El cartílago articular es esencial para la función normal de las articulaciones, ya que distribuye las cargas mecánicas y permite el movimiento suave y sin dolor.

La artrosis es una enfermedad reumática que afecta al cartílago articular produciendo dolor, rigidez e incapacidad funcional. Aunque el cartílago tiene una capacidad limitada de regeneración debido a su falta de inervación y vascularización, así como una escasa movilidad celular, densa matriz extracelular y el pequeño número de células progenitoras con las que cuenta, existen avances científicos que exploran métodos para promover su regeneración y reparación.

 

La ciencia detrás de la fisioterapia

 

Adentrándonos en el tejido mismo de la regeneración articular la fisioterapia se erige como posibilidad terapéutica científica. Más allá de la mera mitigación de síntomas, evidencia científica como la presentada en “Osteoarthritis and Cartilage“, revela que la fisioterapia activa procesos biológicos, proporcionando no solo alivio sino la base para la regeneración.

Estudios detallados respaldan la necesidad de intervenciones específicas para fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones afectadas. Este tipo de abordaje estabiliza y reduce la carga sobre el cartílago dañado. La fisioterapia, así concebida, se convierte en un catalizador para la restauración funcional.

La piezoelectricidad es un fenómeno interesante que ha demostrado ser relevante en la regeneración del cartílago. Investigadores de la Universidad de Connecticut han logrado reconstruir el cartílago de la rodilla de un conejo utilizando un nanomaterial con propiedades piezoeléctricas. Este avance ha abierto nuevas vías para el tratamiento de las articulaciones en seres humanos. El nanomaterial utilizado tiene la capacidad de producir una pequeña corriente eléctrica cuando se aprieta, y su resultado es un campo eléctrico que estimula a las células a colonizarlo y producir un cartílago resistente. Este método ha demostrado ser efectivo en pruebas con animales, donde el cartílago volvió a crecer con normalidad después de la aplicación del implante en la articulación y el ejercicio en una cinta de correr. Estos avances prometedores podrían tener aplicaciones clínicas significativas en el tratamiento de la osteoartritis y otras afecciones articulares en humanos.

En paralelo, la inducción miofascial, a través de la manipulación y movilización de la fascia, no solo libera restricciones sino que también puede influir en el entorno piezoeléctrico, amplificando así los beneficios para la regeneración articular. Estas dos perspectivas convergen, revelando un enfoque holístico que combina la bioquímica y la biomecánica para potenciar la salud y el bienestar articular.

Movimiento lento como estrategia bioquímica

 

La artrosis y la artritis son dos condiciones relacionadas con las articulaciones, pero se distinguen por sus características y mecanismos subyacentes. La artrosis, a menudo denominada desgaste articular, implica el deterioro gradual del cartílago que recubre las superficies articulares. Este desgaste puede generar dolor, rigidez e inflamación. Por otro lado la artritis, una enfermedad inflamatoria, implica la inflamación de las articulaciones debido a una respuesta autoinmune o a otras causas. A diferencia de la artrosis, la artritis puede afectar a personas de todas las edades y puede provocar daños más extensos en las articulaciones. Ambas condiciones requieren enfoques de tratamiento específicos, y un diagnóstico preciso es esencial para enfocar de manera efectiva cada situación.

La práctica de ejercicios diseñados para la artritis puede desempeñar un papel beneficioso en el manejo de la artrosis. Aunque estas dos condiciones articulares difieren en sus características, compartir ciertos tipos de ejercicios puede ser beneficioso para ambas. Por ejemplo, actividades de bajo impacto, como la natación o caminar suavemente, pueden mejorar la amplitud de movimiento y fortalecer los músculos circundantes, lo cual es valioso tanto para personas con artritis como con artrosis. Estos ejercicios ayudan a mantener la flexibilidad articular, reducir la rigidez y mejorar la función general de las articulaciones. Es importante adaptar la intensidad y el tipo de ejercicio según las necesidades individuales y recibir orientación médica y fisioterápica para asegurar un enfoque seguro y efectivo para quienes lidian con estas condiciones articulares.

El movimiento lento, que va más allá de ser una técnica, se revela como una estrategia bioquímica meticulosamente diseñada. Inicialmente es esencial garantizar una alineación articular adecuada para la correcta ejecución de estos ejercicios, marcando así la primera etapa de la intervención fisioterapéutica. Luego procederemos con ejercicios lentos de compresión, aplicando carga de manera progresiva para favorecer la movilidad del líquido sinovial hacia el cartílago articular, marcando la segunda fase del proceso.

El movimiento lento puede ofrecer varios beneficios para las personas que sufren de artrosis. Según Mayo Clinic, los ejercicios para las manos que implican movimientos lentos y suaves pueden ayudar a mejorar la amplitud de movimiento y la flexibilidad de las articulaciones en personas con artritis y artrosis.

Además, el ejercicio físico, como la bicicleta fija, se considera una opción de bajo impacto ideal para personas con artritis, y también de artrosis por tanto, ya que estimula la producción del líquido sinovial que lubrica las articulaciones y fortalece los músculos para ofrecer un mayor soporte en las articulaciones, aliviando parte de la presión.

Estudios, como los recogidos en el “Journal of Orthopaedic & Sports Physical Therapy”, subrayan su impacto directo en la síntesis de proteoglicanos y colágeno, elementos cruciales para la salud articular. El movimiento lento no solo preserva la movilidad, sino que también cataliza procesos internos que contribuyen directamente a la regeneración del cartílago. Es más que una serie de movimientos; es una activación bioquímica táctica.

Los beneficios del movimiento lento para la artrosis incluyen mejorar la amplitud de movimiento, la flexibilidad de las articulaciones, fortalecer los músculos que rodean las articulaciones, mantener la salud ósea, aumentar el nivel de energía, mejorar la calidad del sueño y aliviar los síntomas de la enfermedad.

 

Adaptación celular, el núcleo de la renovación

 

Es muy interesante tener muy presente la adaptación celular. Las células cartilaginosas, lejos de ser pasivas, responden activamente al movimiento lento y a la terapia manual enfocada en el estímulo del tejido conectivo. Es esencial destacar las transformaciones moleculares que convierten al cartílago de un tejido estático en un campo dinámico de regeneración, proporcionando una nueva visión sobre la capacidad inherente del cuerpo para sanarse.

La afirmación de Donald E. Ingber, un biólogo celular y bioingeniero, sugiere que la mecánica celular influye en la bioquímica, en lugar de ser al revés. Este concepto, conocido como mecanotransducción, ha sido respaldado por investigaciones que muestran cómo las células pueden cambiar su destino o función en respuesta a estímulos mecánicos; un proceso conocido como plasticidad celular. Por ejemplo, las fuerzas físicas pueden influir en la organización interna, desarrollo, crecimiento y maduración de las células, lo que demuestra la relación entre la mecánica celular y los cambios fisiológicos dentro de la célula.

Estos hallazgos tienen implicaciones importantes en campos como la medicina regenerativa y la ingeniería de tejidos, ya que sugieren que las señales mecánicas pueden ser aprovechadas para controlar el destino y la función de las células.

 

“La mejor y más eficiente farmacia está dentro de tu propio sistema.” Robert C. Peale.

 

La terapia manual, como parte integral de los planes de tratamiento, desempeña un papel crucial en la regeneración del tejido. Esta forma especializada de tratamiento ayuda a reducir la hinchazón, disminuir la restricción, movilizar las articulaciones y aumentar el rango de movimiento. Los fisioterapeutas pueden utilizar una variedad de técnicas no invasivas para mover tendones, ligamentos y articulaciones, aliviando el dolor y promoviendo la curación. La terapia manual es una herramienta esencial que permite movilizar articulaciones rígidas y tejidos blandos contribuyendo significativamente a la regeneración del tejido y a la mejora de la funcionalidad del individuo.

La terapia manual ofrece una serie de beneficios específicos para tratar la artrosis, entre los que se incluyen:

  • Reducción del dolor: los fisioterapeutas pueden utilizar técnicas manuales para reducir el dolor en las articulaciones afectadas por la artrosis, lo que puede incluir terapia manual, inducción miofascial, terapia de regeneración del tejido blando, terapia de calor y frío, electroterapia y acupuntura.
  • Mejora de la movilidad y la flexibilidad: los ejercicios terapéuticos y la terapia manual pueden ayudar a mejorar la movilidad y la flexibilidad de las articulaciones afectadas por la artrosis, lo que puede mejorar la calidad de vida del paciente y su capacidad para realizar actividades diarias.
  • Prevención de complicaciones: la terapia manual puede ayudar a prevenir complicaciones como la deformidad y la rigidez articular, al mantener el movimiento y la función de las articulaciones.
  • Estimulación de mecanorreceptores: la terapia manual puede estimular los mecanorreceptores tipo II e inhibir los nociceptores tipo IV, lo que puede contribuir a la mejoría de los síntomas de la artrosis.
  • Mejora de la movilidad articular y la elasticidad de los tejidos: la terapia manual puede mejorar la movilidad articular y la elasticidad de los tejidos, lo que puede reducir el tiempo de recuperación muscular y prevenir lesiones.

Estos beneficios respaldan el papel de la terapia manual como una herramienta efectiva en el tratamiento de la artrosis, proporcionando alivio del dolor, mejora de la movilidad y prevención de complicaciones.

 

“Cuide su cuerpo. Es el único sitio que usted tiene para vivir.” Jim Rohn, escritor.

 

Resultados científicos como desenlace

 

La culminación de nuestro viaje se encuentra en la robustez de los resultados científicos. Estudios clínicos rigurosos respaldan la eficacia de enfoques fisioterapéuticos, manifestándose en reducciones significativas del dolor y mejoras notables en la funcionalidad articular. Biomarcadores específicos validan cambios estructurales concretos en el cartílago, consolidando así la fisioterapia como guía científica para la regeneración articular. Podemos hablar de evidencia palpable de cómo la fisioterapia va más allá de la superficie, remodelando la arquitectura interna de las articulaciones.

La regeneración del tejido cartilaginoso a través de la fisioterapia es un proceso complejo que implica la curación y adaptación del tejido. La fisioterapia se enfoca en promover la regeneración del tejido cartilaginoso a través de diversas técnicas, incluyendo la terapia manual y el ejercicio terapéutico.
La terapia de regeneración del tejido blando, que involucra la movilización tisular enfocada en la realineación de las fibras de colágeno, puede iniciarse una vez que comienza la síntesis de colágeno. Se requiere un leve estrés durante esta fase de rehabilitación para estimular la alineación de las fibras de colágeno. Los fisioterapeutas desempeñan un papel crucial que influye de manera óptima en el proceso de curación, asegurando un fortalecimiento adecuado del tejido y evitando la sobrecarga que pueda resultar en una regresión del proceso inflamatorio.

 

Conclusión

 

En cada sesión, mi compromiso va más allá del mero alivio sintomático. Busco fortalecer y mejorar la movilidad del paciente, al tiempo que lo empodero con conocimientos respaldados por la ciencia. Este desafío conjunto implica redefinir las limitaciones impuestas por la artrosis, construyendo un futuro activo y saludable. Este enfoque se basa en la comprensión profunda de las necesidades de cada paciente, y en la aplicación de técnicas que han demostrado su eficacia en la regeneración del tejido cartilaginoso. Juntos, paciente y terapeuta, trabajamos para superar los obstáculos, con la certeza de que, con esfuerzo y dedicación, es posible alcanzar una mejor calidad de vida.
Recuerda, cada movimiento es un paso hacia la renovación y la libertad articular. Cada sesión nos acerca a aliviar la “hartosis”, trabajando juntos para conseguir los mejores objetivos.

Ciertamente, las intervenciones quirúrgicas son una opción eficaz en el tratamiento de la artrosis, pero es fundamental considerarlas con prudencia. Cuando la imposibilidad funcional, la restricción del movimiento o el dolor intenso sean notorios, en osteoartritis clasificadas con grado 4, se aconseja recurrir a esta medida.

Entre ellas, la artroplastia destaca como una intervención significativa, reemplazando la articulación afectada con una prótesis. Datos objetivos respaldan su eficacia, evidenciando tasas de éxito notables con una reducción destacada del dolor y mejoras sustanciales en la función articular. La orientación médica es esencial para evaluar la idoneidad de la cirugía, asesorar sobre el procedimiento más apropiado y asegurar un seguimiento meticuloso para lograr resultados positivos a largo plazo.

La salud es un regalo que se valora aún más después de perderla. La artrosis nos recuerda la importancia de cuidar y apreciar nuestras articulaciones, elementos fundamentales que garantizan una experiencia de vida más positiva.

 

“La salud es la mayor posesión. La alegría es el mayor tesoro. La confianza es el mayor amigo.” Lao Tzu.

Artículo realizado por Silvana Salgado

3 Comment(s)

  1. Caridad Madridano Garvia
    enero 16, 2024

    Los dolores de mi artrosis en las caderas, me ha permitido ir superardolos debido a las sesiones de fisio recibidas

    1. La puerta abierta
      enero 16, 2024

      Gracias por tu aporte Caridad, nos alegramos que las sesiones de fisioterapia te hayan ayudado

  2. María Fernanda
    enero 16, 2024

    Como principio diré, que he aprendido bastante sobre cómo se desencadena la artrosis y lo mejor de todo que tiene curación ( algo que nos habían inculcado que lo tendríamos de por vida). Yo soy consciente de que existe esa curación o esa mejoría porque estoy en manos de una excelente fisioterapeuta , Silvana, que con esas manos “ milagrosas”, hace milagros en zonas de mi cuerpo donde se manifiesta la artrosis. Mil gracias Silvana por toda la confianza y apoyo que recibo en cada sesión de la que llevo tiempo tratándome.

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