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Despertando nuestros pies: encaminándonos hacia su libertad y cuidado sutil

El pie, esa obra maestra de ingeniería biológica, es mucho más que la parte inferior de nuestra pierna. Dotado de 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos, ligamentos y tendones, este aparentemente modesto conjunto de extremidades es una compleja máquina biomecánica que nos conecta con el mundo.

Cada paso que damos implica una intrincada relación de diferentes tejidos orquestada para proporcionar estabilidad, equilibrio y una capacidad increíblemente precisa de adaptarse a diferentes terrenos. Además, nuestros pies, por supuesto, son nuestro medio de transporte, y también un mapa sensorial que nos conecta con la tierra. La planta del pie, con sus miles de terminaciones nerviosas, es una ventana a la percepción del entorno. Así, cada pisada que damos no es solo un movimiento; es una experiencia sensorial, una conexión tangible con el universo que exploramos a través de la anatomía única de nuestros pies.

Sin embargo, a menudo olvidamos la complejidad de esta estructura y, con ella, la necesidad de un cuidado profundo que va más allá de simplemente calzarlos.

“El viaje de mil millas comienza con un solo paso.” – Lao Tzu.

 

La prisión moderna de los zapatos

 

Cerrad los ojos e imaginad la cotidianidad de nuestros pies, esa maravilla anatómica atrapada en una prisión moderna de zapatos estrechos, con apenas espacio para expandirse y flexionarse de manera natural.

Esta constante restricción no solo limita su movilidad, sino que también va socavando su vitalidad.

Estudios como el de la universidad de La Coruña, Efecto del calzado sobre la marcha en niños sanos. Una revisión sistemática, iluminan la conexión entre el uso constante de calzado ajustado y diversos problemas podológicos.

La escasa información sobre el pie en niños se atribuye a la percepción errónea de la infancia como un grupo sin problemas de salud. Sin embargo, la revisión de 10 estudios seleccionados de 255 resalta que el calzado infantil genera problemáticas significativas en la marcha, evidenciadas por cambios notables en parámetros como la longitud de zancada, la postura, la cadencia y la flexión de articulaciones. Estos resultados subrayan la necesidad crítica de comprender y abordar los impactos negativos del calzado en el desarrollo saludable de la marcha en niños.

 

El acto terapéutico de caminar descalzo

 

Ahora abrid los ojos y disfrutad del acto terapéutico de caminar descalzo. Este viaje sensorial es más que un simple contacto con el suelo; es una experiencia de redescubrimiento de la anatomía de cada dedo, de cada articulación. Al liberarlos de las restricciones de los zapatos, nuestros pies recobran la vitalidad perdida.

Los pies, a menudo menospreciados, son auténticas obras maestras de ingeniería y conexión con la tierra. Mantenerlos atrapados en zapatos ajustados y poco flexibles puede ser como encerrar un ave salvaje en una jaula. Deberíamos permitirles la libertad de expandirse, sentir y moverse naturalmente. La inhibición constante a través de calzado restrictivo limita su función física e, indudablemente, también su capacidad para transmitir información valiosa al resto del cuerpo. Permitir que los pies respiren y se liberen de las limitaciones es un acto de respeto hacia nuestra anatomía, una forma de honrar la increíble maquinaria que nos lleva a través de la vida paso a paso.

Este viaje hacia la anatomía redescubierta de nuestros pies es, en última instancia, una revolución de caminar descalzo. Cada paso descalzo es una conexión con la tierra, es un homenaje a la compleja arquitectura de nuestros pies.

Caminar descalzo mejora la propiocepción y fortalece los músculos intrínsecos del pie, aspectos cruciales para la salud a largo plazo. Este estudio revela una posible relación entre caminar descalzo y la mejora de la artrosis de rodilla. Se plantea que el calzado podría incrementar de manera desfavorable la carga sobre las articulaciones de las extremidades inferiores. A medida que se identifiquen con mayor claridad los factores que inciden en las disparidades de carga entre caminar con zapatos y hacerlo descalzo, se vuelve esencial reevaluar tanto las características de los zapatos modernos como los hábitos de caminar. Esta reconsideración se torna crucial para comprender su impacto en la prevalencia y progresión de la osteoartritis en nuestra sociedad, según concluyen los investigadores de este trabajo.

La necesidad de cuidar nuestros pies y asignarles más recursos se ve respaldada por otro enfoque interesante. Este estudio se relaciona con la efectividad variable de los métodos convencionales para gestionar lesiones en pacientes con fascitis plantar. La investigación sugiere que esta afección podría considerarse una enfermedad mal adaptada a la modernidad, especialmente al calzado actual y las superficies duras. Al abordar la fascitis plantar desde una perspectiva de medicina evolutiva, se presta mayor atención al impacto del calzado moderno en aspectos como la morfología del pie. Se destaca que cambios en la biomecánica y morfología del pie están asociados con correr descalzo. Muy a resaltar es el hecho de que correr descalzo sobre césped es bien tolerado por corredores con fascitis plantar sintomática. Esta serie de casos sugiere que, al realizar una intervención de carrera descalza, el dolor asociado con la fascitis plantar disminuye, incluso cuando aumenta la carga de carrera. Los resultados pueden ser útiles para informar ensayos clínicos futuros o respaldar el razonamiento clínico en medicina deportiva y ejercicio aplicado.

Mi pequeño consejo, trata de caminar descalzo en diferentes terrenos todo lo que sea posible. Activa tus pies, ayúdales a recuperar su fisiología. Aquí te comparto varios ejercicios de propiocepción para pies que busca restablecer la conexión con nuestros eternos descuidados pies.

Como dijo Rumi, “El pie siente el pie cuando siente el suelo.”

 

Recuperando la capacidad de separar los dedos

 

Hay una importante relación entre la habilidad de separar los dedos y la capacidad del pie de adaptarse al terreno. Descubrir los beneficios terapéuticos de separar los dedos de los pies revela un enfoque efectivo para fortalecer los músculos intrínsecos del pie, mejorar la propiocepción y prevenir deformidades.

Para conseguir una activación de la musculatura intrínseca sería muy interesante practicar los siguientes ejercicios: “Separar los dedos de los pies”

 

Cuidado preventivo

 

Al explorar la anatomía olvidada de nuestros pies, nos topamos con la necesidad imperiosa de un cuidado preventivo. La visita al podólogo se convierte en un acto de amor y cuidado hacia nuestros fieles compañeros. Este enfoque asegura que nuestros pies estén en las mejores condiciones posibles antes de que surjan problemas.

La visita regular al podólogo es esencial para mantener la salud y el bienestar de tus pies, asegurando una base sólida para tu movilidad y calidad de vida.

La evaluación periódica de la marcha y la presión plantar detecta problemas incipientes y permite un abordaje proactivo para mantener la salud del pie.

 

Fisioterapia: el abrazo curativo para tus pies

 

He dejado para el final de este recorrido mi parte favorita: cómo la fisioterapia puede ayudarnos a mejorar la capacidad de nuestros pies a todos los niveles.

Es evidente, llegados a este punto, la necesidad de tomar conciencia y sentir todas las posibilidades de movimiento que esconden nuestros pies. En el homúnculo sensitivo de Penfield ocupan una parte, aunque no excesivamente notoria, sí relevante y es difícil encontrar en consulta unos pies despiertos y bien estimulados. Sinceramente no hablo de patología, hablo de un arco transverso conservado, una movilidad satisfactoria y preservar su capacidad innata de adaptarse al terreno.

Por supuesto como he dicho anteriormente es necesario ejercitarnos para ello, sin embargo, como fisioterapeutas, podemos facilitar esa tarea.

Con diversas técnicas manuales podemos estimular la sensibilidad y la propiocepción de la zona. Para mejorar su movilidad articular es indispensable aplicar un trabajo de mantenimiento de los espacios articulares. Es increíble cómo cambia cada sensación cuando realizas una terapia articular específicamente aplicada.

Las técnicas de inducción miofascial y de regeneración del tejido blando también impactan positivamente y nos ayudan a conseguir mejores resultados.

En pacientes con un pie complicado incluso abro el atlas de anatomía para ir explicando cada articulación que movilizamos; contar con la atención plena y aprobación del paciente siempre es una ventaja. Saber en cada momento en qué estructura estamos es indispensable para recuperar la fisiología de la zona. Hagamos a nuestros pacientes partícipes también de ello.

 

El sendero hacia la autoconciencia suele verse iluminado por el conocimiento

 

En resumen, al valorar la conexión con nuestros pies, no solo nutrimos nuestra salud física, sino que también emprendemos un viaje de autoconocimiento. Cada huella se convierte en un recordatorio de nuestra intrincada relación con la tierra y nuestro ser. Tratar con cuidado nuestros pies es, sin ninguna duda, un acto de amor propio y un paso esencial hacia el bienestar integral.

Decía Frida Kahlo “pies para qué los quiero si tengo alas para volar…”.

Mientras esperamos que terminen de crecer nuestras alas cuidemos con gratitud de nuestros pies, que pacientemente nos sostienen día tras día.

Artículo realizado por Silvana Salgado

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