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A propósito de un caso: cuando la cadena postero-mediana no nos deja respirar

Hoy quiero hablaros de la cadena postero mediana cuando entra en exceso: Vamos a llamar a mi paciente “El coronel”

“El coronel”

 

El coronel es autoritario y siempre establece los límites porque le da seguridad saber donde están. Tiene los pies firmemente anclados al suelo y hace lo necesario por mantenerlos así. Odia pensar en la muerte, es su mayor miedo, si no existieran inventaría los Ángeles porque su concepto calma ligeramente su futuro. El coronel vive en el futuro, organizando planes, volando a nuevos viajes, planteando objetivos, el coronel nunca deja de pensar.

Su cerebro es lo más importante, desecha cualquier sensación y sigue adelante porque el coronel nunca descansa, siempre alerta y siempre preparado para la acción. Le encantan las palabras y entender el significado de las cosas. No puede evitar considerar que las personas con las que interactúa tienden a ser pusilánimes, y se siente orgulloso de su resistencia y aplomo. En su cabeza nada agrieta su armadura y corre tras un futuro incierto con la seguridad que le dan sus convicciones.

Un día que no era diferente a otro, el Coronel empezó a notar una sensación de angustia, su pecho no podía coger más aire, aunque lo intentaba sentía su corazón latir apresuradamente y sus pulmones no conseguían abarcar todo el aire. Respiraba y respiraba y el aire no llegaba. Simultáneamente sentía dolores en su columna vertebral y en las rodillas, también cefaleas. Por supuesto fue al médico y le diagnosticaron síndrome de Arnold, condromalacia rotuliana y espondiloartrosis. En su corazón no encontraban nada, tampoco en sus pulmones, las pruebas de esfuerzo eran impecables, sin embargo aquella sensación de opresión no cedía. El Coronel se desesperaba. 

Apareció en la consulta con máximas exigencias, llevaba un año con todos esos dolores y nada funcionaba. En cuanto entró por la puerta sentí que el miedo atenazaba su garganta.

El coronel me demandaba protocolos de ejercicios, quería controlar sus lesiones, necesitaba entender qué sucedía con su cuerpo y sobre todo, qué podíamos hacer para abordarlo con éxito. desde luego debemos reconocer que al menos el Coronel jamás cejaba en su empeño. Y contábamos con su perseverancia.

Empezamos las sesiones, trabajamos sus sensaciones, dándole la mayor importancia a su conciencia corporal. Establecimos un protocolo de fricciones y percusiones sobre su musculatura para aumentar su percepción somática. Entendió cómo hacer abdominales con el objetivo de verticalizar su esternón. Aprendió a activar su cuádriceps y a mantener sus rodillas desbloqueadas, evitando el recurvatum. Al principio el Coronel repetía insistentemente: “no noto nada”, sin embargo en una de las sesiones conseguimos la magia. El coronel empezó a notarse, a escucharse, a entenderse, empezó a hacer protocolos de estiramientos entendiendo su biomecánica, y todos los recursos cerebrales del Coronel se pusieron a disposición de su cuerpo propiciando el prodigio. El Coronel ya no quería controlar el entorno, no había perdido la facultad -su recurso aún era suyo- pero ahora sabía cómo usarlo, su cuerpo ya no se sentía como una cárcel, el Coronel había entendido a su organismo y ahora lo ponía también en relevancia. Su cuerpo complacido agradecía la maravilla de sentirse escuchado. Poco a poco el miedo daba paso al entendimiento de que, solo por ser resistente al infortunio, no significaba que lo mereciese. Seguía siendo abnegado pero también se permitía saborear el momento y sus circunstancias. El coronel había encontrado la forma de volver a respirar. A veces, ¡incluso suspiraba!.

 

La cadena PM

 

Llegados a este punto he de confesaros -como alguno ya habrá descubierto- que el coronel no es una persona sino una mezcla de pacientes. Nunca he tenido en consulta una tipología tan marcada y exacerbada. He querido utilizar un estereotipo caricaturizado para mostrar algunos de los recursos necesarios para calmar a “nuestros coroneles”, y quizás darle equilibrio a nuestra PM antes de que se convierta en un intransigente Coronel.

Permitámonos tomar aire fresco, disfrutar de la vida y experimentar por un momento lo que significa liberarse de la rigidez militar inherente a esta cadena, quizás así logremos conectarnos con nuestra humanidad de una manera más profunda. Estamos llenos de potencial y capacidad para replantearnos continuamente nuestros propios límites y los de los demás, es interesante liberarnos para poder acceder a todos nuestros recursos.

La cadena PM emana disciplina y rigidez pero acompañada de otras cadenas por supuesto que puede ser adaptable y flexible. Una buena estructura PM es indispensable para comprender el conocimiento y analizarlo. 

La PM se destaca por su necesidad de conocimiento y curiosidad innata, lo cual ha sido esencial en la evolución humana y ha permitido nuestro progreso hasta el momento actual. Sin una buena PM, la humanidad no habría sido capaz de salir a descubrir el mundo.

“La paz mental viene cuando dejamos de apresurarnos hacia el futuro y nos tomamos el tiempo para vivir plenamente en el presente”. 

 

“La vida es lo que nos sucede mientras estamos ocupados haciendo otros planes”. John Lennon. 

 

“La vida no se mide por la cantidad de veces que respiramos, sino por los momentos que nos dejaron sin aliento”. Maya Angelou. 

 

“La felicidad es una mariposa que, si la persigues, siempre está más allá de tu alcance. Pero si te sientas en silencio, puede posarse sobre ti”. – Nathaniel Hawthorne.

 

“La vida no es un problema a ser resuelto sino una realidad que debe ser experimentada” Søren Kierkegaard

 

“Deja ir. Fluye como el agua. Aférrate a nada. El caudal de la vida te llevará a donde necesitas estar.” – Tao Te Ching, Lao Tzu.

 

Para ampliar la información o formación sobre el método de cadenas musculares recomiendo por supuesto el centro de formación Philippe Campignion 

Artículo realizado por Silvana Salgado

4 Comment(s)

  1. María
    mayo 9, 2023

    Haces de tu bonito oficio una catarsis mágica , pero claro, tú la magia la llevas inherente.

    1. La puerta abierta
      julio 19, 2023

      Muchísimas gracias de corazón.

  2. Cristina
    mayo 14, 2023

    Excelente explicación de como nos sentimos muchas veces. Se nota el gran conocimiento que tiene sobre el tema, y aun mayor la forma de solucionar las patologías de cada uno, basándose no solo en el dolor, sino que lo ocasiona. Muy buena profesional implicada al máximo con sus pacientes.

    1. La puerta abierta
      julio 19, 2023

      Muchas gracias por tus comentarios Cristina. Es una alegría poder compartir conocimientos con vosotros.

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